martes, 12 de mayo de 2009

De digestions...

"Lucha de gigantes convierte el aire en gas natural"
Antonio Vega

Cada uno de nosotros es diferente en infinidad de cosas, algo que le añade gracia a nuestro día a día. Si fueramos todos iguales... qué aburrido sería todo! Por cierto, lo contrario de aburrido en este caso no será divertido sino entretenido.

Cuando preparas un plato lo puedes hacer con la mejor ilusión del universo, seleccionando los ingredientes al mínimo detalle incluso controlando que todos los comensales no sean alérgicos a nada y que les guste el matiz de cada sabor.

Lo que no podemos controlar es sí sentará bien lo que les presentes como menú. Puede depender de muchas cosas: combinaciones varias, comidas previas, experiencias no controladas o situación personal. Así pues, a pesar de hacerlo todo con el mejor fondo puede acontecer que alguien no esté contento con lo que has preparado.

¿Cuál es la solución? No siempre se puede controlar todo pero sí fijarse en los matices, conocer los detalles pero no sólo el cocinero sino también el comensal. Cuando conoces a alguien sabes que si te ofrece algo es para que te guste, para que te haga bien, nunca para que te dañe el estómago o el corazón.

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