Siento tu dolor, Caminando, Kairoi
Cuando llueve, cosa que ha hecho frecuentemente este invierno en Barcelona, tienes diversas formas físicas de afrontarlo. La primera y más sencilla es utilizar elementos impermeables como ultrachaquetas o paraguas. También puede que te pille de improviso y te mojes más o menos según la intensidad de la precipitación. Finalmente, puedes jugar al soportaling, caminando por lo cubierto y evitando otros transeúntes (algunos con paraguas). También existe la posibilidad de esperar a que arrecie y seguir con tu vida tras observar la lluvia manteniéndote seco.
La cuestión es si interesa ir seco por la vida, evitando que nada traspase tu ropa y toque tu piel dejando esa sensación de frío tan desagradable como real. Dejarse calar también es peligroso puesto que puedes pillar un buen resfriado. Aquí podemos correr a secarnos y ponernos ropa limpia mientras afrontamos con una sonrisa lo despistados o poco previsores que somos. En este segundo caso, la elección ante la próxima lluvia (que la habrá) cuál es? Sigo dejando que la vida acaricie mi piel con su frialdad o me mantengo impermeable en mi burbuja de realidad. Si quiero abrir los ojos y me dejo empapar sin remisión puedo caer en el desánimo al ver que siempre lloverá más de lo que puedo soportar... épocas cálidas son necesarias pero cuánto para que olvide que el frío me mantiene despierto?
La vida mira cómo actuamos, sin juzgarnos... está ahí esperándonos, con fe y esperanza... qué le decimos?
Retales de pensamiento al aire, inspiración puntual, rauxa primaveral.
Petons i abraçades
Raül
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